El presente artículo pretende destacar la importancia y la necesidad que existe de
valorar en su justa dimensión el Derecho al acceso a la energía como un Derecho
humano, fundamental, sin el cual no es posible superar la pobreza en la que viven
millones de personas en el mundo. No tener acceso a la energía significa estar privado
de las más elementales actividades de la vida diaria y a la vez estar condenado
a no vivir dignamente. Este objetivo intentamos alcanzarlo mostrando objetivamente
la relación de interdependencia que existe entre la energía y otros derechos
humanos, que para su realización necesitan de manera determinante la disposición
de energía, de lo contrario no podrían materializarse. Por otro lado nos apoyamos
del marco normativo existente, tanto en el nivel internacional, como nacional y la
jurisprudencia, para demostrar que materialmente existen las condiciones para su
exigibilidad.